2011/09/26

Del "insuficiente" al "inédito"

Jon Agirre Agiriano firma la Declaración. [Jauregialtzo/Argazki Press]
Las reacciones habidas ante el apoyo del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) al Acuerdo de Gernika han sido un tanto diferentes a las sucedidas ante hechos de parecido alcance ocurridos con anterioridad. Mientras en ocasiones precedentes prácticamente todos los agentes concernidos de ámbito estatal se pusieron de acuerdo en calificar los pasos de "insuficientes", ahora el Gobierno español, el PSOE y el Gobierno vasco han coincidido en que se trata de un hecho "inédito", valorándolo hoy mismo Rodriguez Zapatero como "un paso significativo".

La contundencia de los hecho a valorar ha obligado a esos agentes a medir su reacción y a acercarla a la realidad. Siguen añadiendo la coletilla de que no es el paso definitivo, que lo que esperan es la disolución de ETA y bla, bla, bla, pero empiezan a notar cierta presión sobre sus espaldas: algo habrá que hacer si no queremos desaprovechar esta oportunidad. El facilitador sudafricano Brian Currin lo ha dejado meridianamente claro en la entrevista que ha concedido a John Carlin para "El País". En la misma, Currin afirma que "hoy el Gobierno español tiene claramente a ETA muy a la defensiva, pero nunca logrará que se rinda incondicionalmente. No se puede mantener un control policial sobre cada casa y cada habitación en el País Vasco. Otros tipos duros aparecerán dispuestos a empuñar las armas y el conflicto seguirá durante más décadas hasta que por fin haya un acuerdo político. La opción policial no es sostenible a largo plazo. Hay que tragarse un poco el orgullo, demostrar un poco de generosidad y pragmatismo, y estar dispuestos a hacer algunas concesiones".

La izquierda independentista ha reflexionado, ha cambiado de estrategia y ha dado pasos muy significativos en la nueva dirección, respaldados de forma muy importante por la ciudadanía vasca el pasado 22 de mayo. Pronto habrá nuevos comicios en los que acudirá reforzada por la presencia conjunta con Aralar y se prevé que los resultados sean también excelentes. Madrid puede continuar haciendo el Don Tancredo, que diría el maestro Bergamín, pero sabe que el tiempo, en esta fase, corre a favor del bando contrario, sea Rubalcaba o sea Rajoy quien duerma en La Moncloa.

Es por ese motivo que agunos comunicadores de la Corte comienzan a sacar a flote el debate sobre el relato que va a quedar de este periodo de la historia de Euskal Herria y de España. Ellos quieren que lo que se cuente en los libros de texto es que la organización clandestina fue derrotada por la firmeza del Estado y que, por tanto, sí que hubo vencedores y vencidos. Intentarán por todos los medios -y cuando digo todos no es un eufemismo- sellar ese cierre para la posterioridad. A esos sectores no les importa nada que se produzca o no una cicatrización de las heridas en la sociedad vasca, lo único que pretenden es que quede claro que ellos han ganado y los otros, los malos, han perdido.

Con lo que no cuentan es con los votos del pueblo. Cuando escriben en sus medios que "el entorno etarra" ha accedido al gobierno de diputaciones y ayuntamientos, parecen querer deslizar la idea de que lo ha hecho mediante la fuerza, no gracias a los miles de votos cosechados. Ese pequeño dato no encaja en sus retratos sobre lo que ocurre en este país. Y no encaja porque desmonta el castillo de naipes que han erigido en base a sus propias ensoñaciones granespañolas. El discurso del miedo se les ha acabado. Todo el mundo ha podido votar con libertad a las distintas opciones que se presentaban. Y si Bildu ha logrado tantos votos es porque el relato de los vencedores y los vencidos no cuela en buena parte de la población vasca. Ni colará en un futuro, que no se hagan ilusiones.

Ante el nuevo escenario que se está dibujando en Euskal Herria, la izquierda independentista tiene una ventaja evidente, ya que ha sido la primera que se ha movido. A los demás grandes actores les está costando amoldarse a los nuevos tiempos políticos, y cuanto más tarden en recolocarse, peores resultados van a cosechar a corto y medio plazo. EAJ discute ahora si cambiar su denominación en castellano, debe ser su manera de ir recolocándose. Pero mejor haría en cambiar de actitud ante la izquierda independentista, dejando para los expetos en marketing lo del nombre comercial de la firma.

2011/09/21

Kukutza

Foto: Jon Hernaez/Argazki Press
El desalojo del centro sociocultural de Errekaldeberri, Kukutza, efectuado hoy por la Ertzaintza es la culminación de un despropósito auspiciado por la propiedad del edificio, con la connivencia del Ayuntamiento de Bilbao. Cuando a individuos como el alcalde de la villa, Iñaki Azkuna, se les pone ante el dilema de optar entre el uso social y el uso privado de un bien, no dudan tres segundos en decantarse por este último.

No voy a perder el tiempo en denunciar la actuación policial, ya que tan sólo cumplen órdenes de arriba. El verdadero problema no está en los métodos salvajes empleados en el desalojo, sino en los intereses que se mueven detrás del mismo. Un centro social donde se venía trabajando desde hace 13 años para el bien del barrio no puede ser desalojado sin que se plantee una alternativa al mismo desde las instituciones, que para eso están. El fracaso del Ayuntamiento es clamoroso. ¿Es éste el nuevo Bilbao que nos quieren vender?

Kukutza ha funcionado todos estos años gracias al empuje de la gente del barrio, ante el histórico olvido por parte de las instituciones. La lucha de Kukutza no hace sino heredar las que se dieron en el franquismo y el posfranquismo en Errekaldeberri para dotar al barrio de infraestructuras sanitarias, educativas, culturales y de todo tipo. Luchas que están en las primeras páginas de la memoría histórica de la ciudad. Errekalde siempre fue un barrio olvidado por el Ayuntamiento, pero siempre ha sido un barrio activo, donde mucha gente se ha movido para sacar iniciativas como Kukutxa adelante.

Sin embargo, cuando las circunstancias se lo permiten, los adalides del capitalismo, de la propiedad privada, de la ley del más fuerte, mueven ficha y acaban saliéndose con la suya, protegidos por las instituciones y la policía. Es la historia de siempre, la vieja historia en la que los que están arriba estropean la fiesta a los que están abajo.

En esta ocasión se ha ganado una pequeña batalla al paralizarse momentáneamente el derribo del edificio. Al final lo lograrán, sin duda, pero todo lo que sea obstaculizar los planes especulativos de quienes se encuentran detrás del fin de Kukutza, habrá estado bien empleado.

Beste iritziak:

2011/09/17

Sentencia prefabricada

Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga
La sentencia de la Audiencia Nacional española que condena a largos años de cárcel a cinco militantes independentistas es una sentencia prefabricada. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha reconocido que si la izquierda abertzale hubiese pedido con antelación a ETA que se disolviese, los jueces lo habrían tenido en cuenta y la sentencia podría haber sido diferente. Por eso se puede añadir que la sentencia no ha sido de naturaleza jurídica, sino lisa y llanamente política. No se trataba de que Angela Murillo y sus ayudantes evaluasen las pruebas aportadas en contra de los juzgados, sino de  efectuar un castigo ejemplar contra ellos. El proceso, desde su apertura por el juez Garzón en octubre de 2009, tenía un final escrito que no era otro que el apartamiento de la política de los cinco de Igara.

Tanto la Audiencia Nacional, como la Fiscalía, el Gobierno o el Tribunal Supremo están integrados por personas, personas que conocen la realidad, que leen la prensa e internet, escuchan la radio y ven la televisión. Personas que están perfectamente informadas de lo que pasa en Euskal Herria. Personas que saben al detalle que Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto eran en el momento de su detención la avanzadilla de un cambio histórico en la estrategia independentista. Ellos cinco, los cinco de Igara y otros más, por supuesto, pusieron los cimientos de una estrategia exclusivamente política, ajena a la violencia, al esquema político-militar, estrategia que se ha ido abriendo paso, no sin dificultades internas, en el seno de la izquierda independentista.

¿Cuál es, entonces, la razón de esta sentencia? La única explicación que se puede entender como razonable, en el sentido de que responde a una argumentación, consiste en infligir a la izquierda abertzale en busca de dos resultados. Por un lado, dar oxígeno a quienes puedan tener dudas sobre la apuesta realizada, y por otro, y mucho más importante, lanzar un serio aviso sobre la virtualidad de un proceso en el que ETA siga estando presente, aunque sea tan solo de forma latente.

Hay sectores influyentes en el Estado español que consideran insultante que Bildu acapare un gran poder institucional mientras ETA sigue sin anunciar el fin definitivo de su campaña armada, o en su defecto, la propia Bildu le solicite de forma fehaciente que dé semejante paso. Esos sectores, incrustados en los aparatos del Estado, los medios de comunicación, la judicatura y los principales partidos españoles, no están dispuestos a tolerar que la izquierda independentista, tras renunciar a su estrategia histórica, logre una victoria política sin precedentes.

Todos estos sectores, de los que el diario "El Mundo" es la vanguardia ideológica, desean escenificar una obra en la que la izquierda abertzale se arrodille ante el victorioso Estado español. Todos los demás escenarios son repudiados. Por lo tanto, van a seguir actuando en esa dirección, hacia la conformación de una fotografía final en la que las fuerzas independentistas vascas sean asimiladas a la derrota.

El pulso de estos sectores no va a acabar con esta sentencia prefabricada, sino que va a continuar en torno a la legalización de Sortu o la relectura de la llamada "doctrina Parot". Entre tanto, la izquierda independentista, lejos de ponerse nerviosa, debe acentuar su apuesta por las vías pacíficas, por la apertura de un escenario democrático, por la acumulación de fuerzas soberanistas que conquiste en las urnas el derecho de este pueblo a decidir su futuro. Cuanto mayores sean los obstáculos, mayor debe ser la decisión a favor del proceso. No puede haber vuelta atrás.

Beste iritziak:

2011/09/09

Zabaltzen: ¿navarrismo de izquierdas?

Asamblea constituyente de Zabaltzen
La convocatoria anticipada de elecciones a Cortes españolas ha acelerado los movimientos de las distintas formaciones políticas de cara a esos comicios. Uno de los movimientos más de fondo ha sido el realizado por los socios de Bildu, quienes han invitado a PNV y Aralar para formalizar una alianza que acuda a Madrid "como pueblo". Una invitación rechazada de plano por PNV y aceptada, no sin reticencias internas, por Aralar. 

El sí de la mayoría de la asamblea de Aralar, un 61%, ha puesto nerviosa a la derecha navarra, especialmente a su lideresa, Yolanda Barcina, quien ha movido ficha con rapidez para asegurar una coalición UPN-PP el próximo 20N. El temor de una victoria de la plataforma abertzale ha hecho de catalizador de la nueva entente, reedición de antiguos compromisos.

Otro temor muy diferente ha hecho que en el seno de Nafarroa Bai se produzan interesantes movimientos, que amenazan con dinamitar el sentido original de la coalición. La opción de Aralar por concurrir junto a los socios de Bildu ha determinado la reacción fulgurante de los autodenominados "independientes" de NaBai, quienes han formalizado la constitución de una asociación a la que han llamado Zabaltzen.

Zabaltzen, en su afán de impedir que la izquierda abertzale amplíe su campo de juego en la Alta Navarra, ha dado un paso al frente, comenzando a modular un discurso que se aleja de forma evidente de lo que se puede considerar como ideología abertzale. ¿Por qué afirmo esto? Pues porque su discurso considera a la Alta Navarra, un territorio de los siete que conforman Euskal Herria, como único sujeto político de la asociación. Por lo tanto, los integrantes de Zabaltzen cercenan el cordón umbilical que une a los territorios vascos para transformarse en una asociación provincial, como lo es Unión del Pueblo Navarro o lo fue en su día Unidad Alavesa.

Están en su derecho de hacerlo, por supuesto, faltaría más. Cada uno es muy libre de defender las ideas políticas que considere más oportunas. Ahora bien, quienes como Uxue Barkos, José Luis Mendoza o Koldo Martínez, defienden esas posiciones, deberán ser conscientes de que su praxis política se acerca más a la de UPN que a la sustentada por Bildu o Aralar. Una cosa es reconocer la división administrativa de los territorios vascos y las diferentes velocidades a desarrollar en cada una de sus entidades, y otra muy distinta convertir a un solo territorio en el sujeto exclusivo de la acción política.

Uno de los argumentos que utilizan es que defendiendo esas posturas pueden atraer a ciudadanos no abertzales, que vean en el progresismo de sus propuestas una alternativa fiable para Nafarroa Garaia, sin "contaminaciones" vascas. No deben darse cuenta de que el discurso navarrista, de no injerencia en la comunidad foral de decisiones tomadas en Bilbao o Donostia, tiene un defensor muy eficaz en UPN. Es cierto que este último partido es de derecha extrema y Zabaltzen podría considerarse de centro-izquierda, pero en la cuestión nacional las diferencias serían muy pocas.

Cara al 20N la inmensa mayoría de los abertzales navarros se agruparán bajos las siglas que decidan conjuntamente la izquierda abertzale, Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternatiba. Una opción que puede aglutinar un importante porcentaje de votos. Según han anunciado los portavoces de Zabaltzen, ellos pretenden acudir a los comicios con el PNV y con personas desencantadas de otros partidos, aunque es muy probable que no lo puedan hacer bajo las siglas NaBai, registradas por Aralar.

El 21 de noviembre podremos evaluar cual ha sido la mejor decisión, pero el movimiento que se está produciendo trasciende de esas elecciones y habrá que seguirlo con atención en los próximos meses. El devenir de la construcción nacional vasca se verá afectado, sin duda, por las decisiones que se vayan tomando en Nafarroa Garaia en el corto y medio plazo.


Estekak:

2011/09/05

Va a ser que no

Tras un mes desaparecido, a uno le cuesta entrar en materia a la hora de abordar la actualidad del país, pero este asunto de hoy me resulta conocido. El adelanto de las elecciones legislativas españolas al 20 de noviembre, debido a la debacle del Gobierno Zapatero, obliga a acelerar los tiempos a todos los actores, incluidos los vascos. La irrupción de Bildu el pasado mes de mayo y su incontestable éxito electoral no ha hecho sino aumentar los temores existentes en el seno del PNV por el posible final de su liderazgo político. Retirado Ibarretxe a la universidad, sin lideres carismáticos y con Iñigo Urkullu como único referente fiable, el partido de Sabino y Luis Arana no se siente seguro.

Ese temor no es nuevo, ya que nació hace ya más de cincuenta años, cuando un grupito de jóvenes universitarios de Bilbao y Donostia se reunieron con el fin de acabar con la indolencia que dominaba en el escenario vasco tras la derrota en la guerra de 1936. Esos jóvenes, que primero se llamaron Ekin y posteriormente Euzkadi ta Azkatasuna (ETA), pusieron en cuestión algo intocable durante décadas: la primacía del nacionalismo sabiniano en el movimiento patriótico vasco. Es cierto que en los años treinta había surgido Acción Vasca, pero la guerra y la represión habían dejado exagüe a ese agente político.

Fue el histórico líder del PNV, Juan Ajuriagerra, quien optó en aquel momento decisivo por no dar crédito a las demandas de los jóvenes abertzales. Pensó que aquello sería flor de un día. Se equivocó. Pasados más de cincuenta años de aquella encrucijada, PNV y Bildu se reconocen como adversarios políticos de tamaño semejante, lo que favorece las desconfianzas mutuas. Parece estar en juego el futuro liderazgo abertzale y cualquier pequeño error de cálculo puede ser fatal.

De cara a las elecciones del 20N, los grupos que conforman Bildu han lanzado una oferta de colaboración electoral a PNV y Aralar, con el propósito de concurrir juntos a las elecciones a Madrid, en calidad de representantes de una mayoría social de Euskal Herria, que negocie como pueblo ante las autoridades españolas. Se anuncia una próxima reunión exploratoria, pero la postura del PNV es nítida. No se mezclarán con los herederos políticos de aquellos jóvenes rebeldes de finales de los cincuenta.

No lo harán por muchas razones, pero la principal es que el PNV mantiene una postura estratégica incompatible con la de Bildu. Mientras que la izquierda abertzale, en su sentido más amplio y plural, siempre ha defendido una lucha de liberación nacional frente a los Estados español y francés, el PNV abandera el camino institucional, de acuerdos y compromisos con la metrópoli, que no va a abandonar a estas alturas de su dilatada historia.

Más allá de las diferencias programáticas, de las enemistades personales, de las luchas cainitas, se encuentra el concepto central que anida en ambos agentes políticos. Un concepto diferente, sino enfrentado. Para la izquierda abertzale las siglas son lo de menos, lo importante es sumar en el proceso soberanista; para el PNV las siglas son sagradas y todos sus militantes se deben a ellas. Transigir ahí sería el principio del fin.

Si el PNV aceptase la candidatura unitaria con Bildu y Aralar, estaría aceptando de facto que su estrategia nescafé, de tacita a tacita, trasferencia a trasferencia, ha sido un error histórico. Se estaría plegando a la estrategia de liberación nacional de los jóvenes rebeldes que tantos dolores de cabeza ocasionaron a Ajuriagerra.

Por lo tanto, por muchos esfuerzos de conciliación, de gestos de buena voluntad, que realicen los representantes de Bildu, la respuesta final del PNV va a ser que no. Porque como decía Iñigo de Loyola, en tiempos de turbación no se deben hacer mudanzas. Es mejor hacerse fuerte en lo conocido, en lo que se tiene y a partir de ahí planificar los futuros pasos. Es cierto, y lo saben, que corren el riesgo de sufrir el sorpasso por parte de Bildu. Pero ese posible escenario lo gestionarán cuando toque, si es que llega a darse. Mientras tanto, como en sus mejores años tras la muerte de Franco, Batasuna ta Indarra.

Beste iritziak: