2014/06/13

La gesta del Eibar y la Copa Vasca

Equipo del Eibar en 1941.
Foto:María Teresa Astigarraga (lacomunidad.as.com)
Pese al título del comentario, no voy a hablar de fútbol, sino de esfuerzo y de convicción en las propias fuerzas. La incomparable temporada realizada por el equipo de la Sociedad Deportiva Eibar, el de menor presupuesto de la categoría, ha llamado la atención incluso a quienes no seguimos tan de cerca las noticias deportivas. Con una plantilla modesta, la mayoría de ella de la casa o de muy cerca, ha vencido la Liga de Segunda y ha ascendido a Primera División, donde luchará contra algunos de los clubes más ricos del planeta. 


Quienes apostamos por la soberanía nacional vasca tenemos que sentirnos orgullosos de trabajos como el desarrollado por el Eibar. Es un ejemplo admirable, pase lo que pase en la próxima liga. Y es un motivo más para reclamar una competición futbolística de dimensión nacional en la que participen las mejores escuadras del país. Los esfuerzos soberanistas en el deporte se han centrado casi en exclusiva en la consecución de selecciones propias, dejando a un lado la otra pata del banco, las competiciones nacionales. 

Algunos pensarán que se trata de una idea estrafalaria, pero ni es nueva ni es imposible. En 1934 existía una Copa Vasca de fútbol en la que tomaban parte siete equipos. No estaba el Eibar, porque aún no se había fundado, pero sí que competían el Athletic Club, el Osasuna, el Donostia (actual Real Sociedad), Arenas de Getxo, Alavés, Barakaldo y Real Unión de Irun. Solo faltaba algun representante de Lapurdi para que la competición fuese verdaderamente nacional, pero hay que tener en cuenta que en Iparralde el desarrollo del fútbol ha sido más modesto, ensombrecido por la potencia adquirida por el rugby, con equipos como el Aviron Bayonnais o el Biarritz Olympique.

Todo el mundo sabe que el deporte profesional, especialmente el fútbol, está dominado por los intereses económicos de los clubes, que dependen para su financiación de los derechos televisivos, de la publicidad y de los derechos de imagen. Habría que estudiar   la viabilidad económica de una competición vasca de fútbol y encontrar las fechas necesarias para su desarrollo, ya que el abandono de la presencia en las ligas españolas y francesas parece, hoy por hoy, inimaginable. La compatibilidad de ambas competiciones sería un primer paso.

En muchas ocasiones, en demasiadas, se transmite a la ciudadanía la sensación de que se van dando pasos en la buena dirección, de que nos acercamos al objetivo final de la soberanía, sea completa o en un ámbito sectorial. Conviene estudiar con un cierto detenimiento la historia y comprobar, con melancolía, que hace 80 años estábamos mejor que ahora, al menos en lo que se refiere al fútbol.  

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