2014/09/15

Monarquías empresariales

En una misma semana han fallecido los presidentes del Banco Santander y El Corte Inglés, dos marcas con amplia presencia en los territorios de Euskal Herria. La mayoría de medios de comunicación han resaltado las virtudes de ambos personajes y es que el tópico dice que siempre se van los mejores. Lo curioso es que a la hora de sustituirles en el cargo nadie menta la bicha de las primarias, tan de moda en estos días, sino que se viene a recurrir a la familia. 


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Hay que reconocer que la familia es una institución poderosa, ahí mismo tenemos el caso catalán de los Pujol. Una institución que enlaza de forma extraordinaria con el pensamiento monárquico. ¿Para qué buscar afuera si tenemos a Ana Patricia en la familia? Ahora bien, la elegida, además de hija, tiene un curriculum impresionante. Ya se cuidó su desaparecido padre de que así fuera. En el caso de los grandes almacenes, a falta de hijo siempre está ahí el sobrino.

Ni Emilio Botín ni Isidoro Álvarez crearon nada. Heredaron de su padre y de su tío respectivamente los mencionados imperios, a los que hicieron crecer un montón gracias, entre otras cosas, a la extracción de plusvalías a cuenta del trabajo de sus decenas de miles de empleados. Ya sé que suena feo traer a colación la palabra plusvalía en un obituario, pero tampoco está bonito faltar a la verdad.

Los adalides del capitalismo liberal que disfrutamos en este arranque del siglo XXI se empeñan en hablarnos de la búsqueda de la excelencia, del paradigma de la competitividad, de la eficiencia y del mérito de hacerse uno a sí mismo, como Bill Gates, ponen por caso. Luego resulta que dos de los mayores emporios de la economía hispana se saltan a la torera todas las máximas teóricas y encumbran a la cúspide de sus respectivas estructuras empresariales al heredero designado a dedo por el finado. Lo que se dice una monarquía en toda regla, donde los lazos de sangre prevalecen sobre otras cuestiones mundanas, como en aquellas simpáticas cintas que nos regaló Francis Ford Coppola.
   

1 comentario:

  1. Si son empresas familiares, ¿no es lógico que sean los familiares los que sigan al frente de ellas? Hablo desde el desconocimiento.

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