2015/12/06

Poco que celebrar

Escribo el día que en Madriz se celebra de forma protocolaria el 37 aniversario de la aprobación de la Constitución española. Me parece estupendo que lo celebren como quieran, ya que ha rendido grandes beneficios al Estado español y de bien nacidos es ser agradecidos. Pero a mí la Constitución española me es indiferente, en tanto que no la refrendé, aunque creo que es suficientemente democrática para todos aquellos que se sientan y consideran españoles, que son la mayoría de las personas que portan DNI español. Con todo respeto, y dicho esto, en Euskal Herria poco tenemos que celebrar el seis de diciembre. 


El problema, siempre tiene que haber un problema, es que esa Constitución no reconoce el hecho nacional vasco (ni el catalán, ni el gallego), por lo que resulta inservible para atender las demandas libertarias de una buena parte del pueblo vasco. Y digo de una parte, porque los estudios demoscópicos siguen si reflejar una demanda mayoritaria por la independencia o por la conformación de un estado de los vascos, aún dentro del Estado español. Y digo más, parece que esa demanda se reduce un tanto.



En todo caso, no creo que el movimiento de liberación nacional deba fijarse demasiado en fechas como la de hoy, sino que debe mantener su propia agenda. Ir a remolque de lo que se celebra en Madriz (o París) no es la mejor manera de de construir mentes liberadas de ataduras. 

También conviene recordar a algunos que la independencia por la independencia no es un buen programa. Que no se reivindica la independencia por capricho, ni por moda, ni por rechazo al vecino, sino para construir una sociedad mejor, más amable, más justa, más equilibrada. Una sociedad avanzada en la que los vascos puedan vivir sin injerencias externas, desarrollando las potencialidades propias en lo político, lo social, lo económico o lo cultural. A mí, personalmente, construir un Estado vasco independiente que sea gobernado por quienes se arrodillan ante los poderes económicos de turno, un estado más de la Europa de la rapiña y el capitalismo voraz, no me interesa demasiado. 

La izquierda abertzale tiene que poner en marcha de forma urgente su perfil social más ambicioso, sin miedos paralizantes, realizando propuestas de calado en todos los ámbitos que afectan al pueblo trabajador. Incidir en el desempleo, la precariedad laboral, la siniestralidad, la vivienda, la sanidad y la educación públicas, etc, debería ser una prioridad  en la tarea hercúlea de sumar activos en demanda de soberanía nacional. 

Olvidarse de una vez de lo que hacen o no hacen otros agentes involucrados y activar dinámicas abiertas de acumulación de fuerzas entre diferentes, sin rehuir el debate político e ideológico con otras formaciones, sindicatos o agrupaciones, en la búsqueda de lo común. Y que mientras cumplimos con esa tarea, que en Madriz sigan celebrando su seis de diciembre, que ya llegará el día en que nosotros tengamos marcado en rojo el día en que este pueblo haya aprobado la Constitución de la República de Euskal Herria.   

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