2016/11/24

Una habitación sin vistas

Probablemente el guion lo escribieron en las urnas los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el pasado 25 de septiembre, pero resulta tan plano, tan previsible, que dan ganas de apagar el televisor y ponerse a leer a Melville o a Sholojov. Moby Dick o El Don apacible pueden resultar lecturas muy provechosas cuando el debate de las rotondas encalla en el vaso de agua recién cambiado al señor Egibar. 


El guionista podía haberse saltado el debate que ha conducido a la proclamación de Iñigo Urkullu como lehendakari. Todo el mundo sabía lo que iba a ocurrir -no estamos en la Trump Tower esa- y nos habríamos ahorrado un rato de nuestro valioso tiempo. Es verdad que la entrada en liza de una mujer de la televisión, como Maddalen Iriarte, aporta frescura y ritmo a la ceremonia, pero poco más. Ni siquiera las chicas y chicos de Elkarrekin Podemos se han atrevido a otorgar su voto a la candidata y darle algo de nervio al asunto.

2016/11/21

30 urte Josebaren argazki barik



Joseba Sarrionandia La Habanan. Jose Goitia argazkia
Joseba Sarrionandia ez da idazle bat soilik, beste gauza bat da Euskal Herriko jende askorentzat: ikono miragarri bat. Nire kasuan ez naiz aditua euskal literaturan, baina miresten dut idazlea, eta batez ere pertsona. Zoritxarrez 30 urte pasa dira Josebaren argazki barik, nolabait Joseba barik.

Deblauki bere aurpegi berria, zaharragoa noski, azaldu da egunkarietan eta 30 urte horiek azkar-azkar pasatu dira gure begien aurretik, ia-ia konturatu gabe. Baina kontua ez da horrela. Argazkiekin edo argazki barik, Sarrionandia hor izan da bolada luze honetan, lan eta lan, bere testuetan, bere pentsamenduan, oso hurbil, Iurretako kale batean, Euskal Herriko kale handi batean, gurekin.

Orain dela bost urte Josebaren itzuleraren inguruan idatzi nuen poema xume bat gaztelaniaz, nire amaren hizkuntzan. Beste nahasmen bat. Uste dut gaur dela une aproposa argitaratzeko:

2016/11/17

De la normalidad y sus derivados

Después de diez años se han reunido de forma oficial, con fotógrafos y cámaras de televisión presentes, sendas representaciones del PSE-EE y de EH Bildu. En principio, una reunión de este tipo ni tan siquiera tenía que ser noticia, por tratarse de algo habitual en una democracia. Sin embargo lo es, ya que diez años sin reuniones es mucho, aunque es cierto que contactos discretos si que ha habido en este tiempo, en especial de la mano del ex presidente del Partido Socialista de Euskadi Jesús Egiguren.

Reunión PSE-EE-EH Bildu en Bilbao.
Que sea noticia, que lo recogan los medios, es señal de la falta de normalidad que vivimos en nuestro país, léase Euskal Herria. Pero hay que decir, al mismo tiempo, que hablar de normalidad resulta ciertamente arriesgado, e incluso contradictorio. ¿En qué consiste la normalidad? Define el DRAE el término normalidad del siguiente modo: "Cualidad o condición de normal" y ésta última palabra, en su primera acepción, "Dicho de una cosa, que se halla en su estado natural". Perfecto.

Ahora se preguntarán ustedes cúal es ese estado natural de las cosas y entonces podemos empezar a escribir un voluminoso libro de mil páginas sin hallar la respuesta adecuada. ¿Es el estado natural de las cosas que en nuestro país exista una presencia policial tan desmesurada? ¿Es el estado natural de las cosas lo sucedido en Altsasu? ¿Es el estado natural de las cosas que el servicio de Cercanías de Bilbao o Donostia siga siendo gestionado por Renfe? ¿Que el llamado Estatuto de Gernika siga incompleto casi 40 años después de su aprobación? ¿Que sigan habiendo centenares de presos a cientos de kilómetros de sus familias? ¿Que sigan habiendo presos? 

2016/11/10

Defensa del común

¿Nos encontramos ante el fin de las ideologías como han pregonado durante estos años algunos intelectuales modernos? ¿O asistimos al definitivo desplome de la izquierda política, como alternativa al capitalismo liberal dominante? ¿Las dos cosas a la vez? Da la impresión de que la batalla de las ideas, incluso la del lenguaje, están siendo perdidas por las fuerzas que, al menos en teoría, intentan cambiar el estatus quo. No obstante alguna esperanza queda tras leer el reciente artículo del secretario general del sindicato ELA, Txiki Muñoz.

La izquierda, en su afán por ocupar espacios limítrofes con la derecha, puede acabar sustituyendo a ésta, pero haciendo idénticas políticas. Entonces, ¿para que se necesita realizar ese viaje? Una izquierda timorata, sin agenda social, incapaz de marcar una estrategia decidida hacia la hegemonía cultural y social no tiene sentido.